Tuve la oportunidad de regresar a Nueva Zelanda, esta vez con más tiempo y más actividades planeadas. Desde un hike por el glaciar de Franz Josef, definitivamente una de las mejores experiencias de mi vida. Además de tirarme de uno de los bungys más altos del mundo, el Nevis. Mi hermano me mal influenció y convenció de tirarme de los tres bungys de Queenstown.
Primero, fue el Kuwarau que fue el primer bungy del mundo. Es un puente del que te tiras y está sobre un río. Hay veces que hasta te puedes mojar la cabeza y te recojen en una lanchita. Íbamos en un tour y ésta fue una de las paradas, yo no iba preparada mentalmente y además traía puestas unas rainboots pesadísimas. Total dije, es ahorita o ya no me voy a tirar y pagué los tres bungys. A la hora de tirarme estaba nerviosísima, me acabé tirando de palito, que hasta se me tronó la espalda.
Seguía en shock unas dos horas después de tirarme y todavía me faltaba el bungy más alto, 134 mts. ¿En qué momento decidí que era buena idea? COMPLETAMENTE INNECESARIO. NO me quería tirar, estaba negada, se me revolvía la panza nadamás de pensarlo. Mi prima, que fue mi porrista me dijo algo que me ayudó demasiado: “Equis vamos y si no quieres, no te tiras.” Nadie me estaba forzando y nadie me iba a empujar o obligar que lo hiciera. Aparte ya estando ahí, claro que lo iba a acabar haciendo. Solamente me lo tenía que tomar paso a paso. Primero, el arnés. Después, la góndola que te lleva a la casita de donde te tiras que está en medio de la nada y esta detenida por cables. Luego, la amarrada (que casi me da un breakdown y empiezo a llorar). Me habían dicho, no lo pienses, no voltees abajo y aviéntate apenas te cuenten (3,2,1…bungy). Me pusieron en la orilla porque tienes los pies amarrados y ni puedes caminar. Y ya, no lo pensé. Mi cabeza literal se puso en blanco por un segundo y me imaginé que estaba saltando a una alberca. LA MEJOR EXPERIENCIA DE MI VIDA, en verdad nada se compara con esa caída y la adrenalina que se siente. Me acabaron recogiendo de cabeza porque por alguna razón mi arnés no se voltio (normalmente te suben sentada).
Ya para el tercero, el Ledge, no debería de estar nerviosa pero a este fuí sola. Me fuí con tiempo para alcanzar a tomar fotos de la vista arriba de la góndola en la que se ve todo Queenstown. No podía dejar de ver la casita del bungy obvio. Había estando nevando todo el día y todo el caminito estaba resbaloso.
Lo padre de este bungy fue que era freestyle y te preguntan como te quieres tirar. No tenía idea, dije que soltamente quería brincar como superman porque traía un traume con que me amarraran los pies. Estaba todo oscuro y literalmente estaba saltando a la oscuridad completa, además que hacía mucho frío. Pero bueno salté con demasiadas ganas, ya era el último de los tres. ME ENCANTÓ, el salto estuvo súper padre. Me encantó poder saltar con ganas y los pies libres. Además fue como un columpio y veía toda la nieve en los pinos y las luces de la ciudad. Fue el que más disfruté yo creo pero el Nevis fue el que más me gusto por alguna razón.
Estuvo muy raro todo porque acabé reflexionándolo todo demasiado con la vida. Fue una experiencia muy fuerte pero de verdad se la recomiendo a todo mundo si tiene la oportunidad, aprendí demasiado. Algunas de las cosas que aprendí:
-El miedo solamente te paraliza
-Si piensas las cosas demasiado, igual vas a terminar por no hacerlas
-Si la sufres demasiado, lo disfrutas al final también
-Vale la pena, fue definitivamente una de mis mejores experiencias
-Nunca sabes tus límites hasta que lo intentas
-No puedes saber que algo no te gusta hasta que lo intentas.
100% recomendado
Aunque piensen que estoy loca
– María
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